miércoles, 3 de agosto de 2011

DESTINO

DESTINO

Entré en aquella habitación pensando que la luz de una mirada limpia podría comprender las razones que llevan a un individuo a quitarse la vida. Allí, en una esquina, encima de una mesa con aspecto de altar, se encontraba una máquina de escribir modelo Fitch de 1891 americana –una pieza muy rara y valiosa- y un taco inmaculado de cuartillas. En el suelo tirada había una botella vacía de güisqui barato y un revolver astra police con munición del 38 especial al que le faltaba una bala. La papelera estaba llena de cuartillas arrugadas con no más de una o dos frases escritas. Aquel pobre hombre no pudo soportar la soledad de enfrentarse a un papel en blanco. Fue víctima de su argumento y su propia sangre la tinta que escribió el final perfecto.


Autor Custodio Tejada