
NO A LA GUERRA
Yo me pongo en pie de paz
para decir no a la guerra.
No, y mil veces no,
no a la paz de las balas,
no a la guerra de los insultos.
Al menos no en mi nombre.

No al desprecio de una mirada
que pide a gritos venganza
ni al gesto asesino de la cara escondida.
No a las juventudes totalitarias.
Al menos no en mi nombre.
No a

No a la tregua del conformismo.
No al linchamiento de las ideas distintas.
No al apartheid del diferente.
No al silencio de las proclamas.
No a la ceguera de los dogmas.
No al botín de los buitres.
No a la violencia genocida
como medio para conseguir un fin.
Al menos no en mi nombre.
No al desierto de la mano cerrada
y del dedo en el gatillo.
No al etiquetado de la paloma.
No a la pancarta escrita con pólvora.
No a las tetas de leche suicida.
No al ciudadano que mira para otro lado.
Al menos no en mi nombre.

como forma de arreglar el mundo.
No al racismo ideológico.
No al desgarro del estómago vacío.
No a la mentira institucionalizada.
No al consumo de la libertad por unos pocos.
Al menos no en mi nombre.
No al remedio venenoso
de la sombra iluminada del falso profeta.
No a la trinchera numantina
del pensamiento uniforme.
No a la información manipulada.
No al pacifismo del lobo disfrazado de cordero.
No a las plumas de la jaula.
No a los campos de concentración
de lo políticamente correcto.
No al miedo.
Al menos no en mi nombre.
No a la mascarada del falso victimismo.
No a la lucha infame del poder sin escrúpulos.
No a los dioses lacayos
que justifican el horror cuando les conviene.
No a las cortinas de humo
ni a los naipes marcados.
Al menos no en mi nombre.

No a la sangre que cotiza en bolsa
ni a la falsa economía del petroleo.
No a los Cien Mil Hijos de San Luís.
No a la tiranía del silencio
o la dictadura del grito.
No a la pose de la fotografía más solidaria.
No a la calumnia como fuerza de choque.
No a la crispación repulsiva
por un puñado de votos.
No a la guerra. A todas las guerras no.
No a la cobardía de las barrigas agradecidas.
No a las otras guerras que acompañan a La Guerra.
Al menos no en mi nombre.
Por eso yo me pongo en pie de paz
hoy, mañana y siempre,
y digo no a la guerra.
Porque yo también prefiero vivir de pie
antes que morir hipnotizado
por la retórica
de una bala perdida.
Autor Custodio Tejada