viernes, 13 de noviembre de 2009

NO A LA GUERRA








NO A LA GUERRA

Yo me pongo en pie de paz
para decir no a la guerra.

No, y mil veces no,
no a la paz de las balas,
no a la guerra de los insultos.
Al menos no en mi nombre.

No al desprecio de una mirada
que pide a gritos venganza
ni al gesto asesino de la cara escondida.
No a las juventudes totalitarias.
Al menos no en mi nombre.

No al dolor de cualquier muerte.
No a la tregua del conformismo.
No al linchamiento de las ideas distintas.
No al apartheid del diferente.
No al silencio de las proclamas.
No a la ceguera de los dogmas.
No al botín de los buitres.
No a la violencia genocida
como medio para conseguir un fin.
Al menos no en mi nombre.

No al desierto de la mano cerrada
y del dedo en el gatillo.
No al etiquetado de la paloma.
No a la pancarta escrita con pólvora.
No a las tetas de leche suicida.
No al ciudadano que mira para otro lado.
Al menos no en mi nombre.No a la destrucción del otro
como forma de arreglar el mundo.
No al racismo ideológico.
No al desgarro del estómago vacío.
No a la mentira institucionalizada.
No al consumo de la libertad por unos pocos.
Al menos no en mi nombre.

No al remedio venenoso
de la sombra iluminada del falso profeta.
No a la trinchera numantina
del pensamiento uniforme.
No a la información manipulada.
No al pacifismo del lobo disfrazado de cordero.
No a las plumas de la jaula.
No a los campos de concentración
de lo políticamente correcto.
No al miedo.
Al menos no en mi nombre.

No a la mascarada del falso victimismo.
No a la lucha infame del poder sin escrúpulos.
No a los dioses lacayos
que justifican el horror cuando les conviene.
No a las cortinas de humo
ni a los naipes marcados.
Al menos no en mi nombre.

No a la sangre que cotiza en bolsa
ni a la falsa economía del petroleo.
No a los Cien Mil Hijos de San Luís.
No a la tiranía del silencio
o la dictadura del grito.
No a la pose de la fotografía más solidaria.
No a la calumnia como fuerza de choque.
No a la crispación repulsiva
por un puñado de votos.
No a la guerra. A todas las guerras no.
No a la cobardía de las barrigas agradecidas.
No a las otras guerras que acompañan a La Guerra.
Al menos no en mi nombre.

Por eso yo me pongo en pie de paz
hoy, mañana y siempre,
y digo no a la guerra.
Porque yo también prefiero vivir de pie
antes que morir hipnotizado
 por la retórica
de una bala perdida.

Autor Custodio Tejada