martes, 11 de julio de 2023

UN UNICORNIO FUERA DE SU TAPIZ de Ángel Olgoso

 UN UNICORNIO FUERA DE SU TAPIZ  de Ángel Olgoso. Por Custodio Tejada.


OPINIONES DE UN LECTOR.


UN UNICORNIO FUERA DE SU TAPIZ de Ángel Olgoso. Entorno Gráfico Ediciones. 200 páginas. 44 textos mariposas lepidópteros presentados con olfato de alfiler entomológico. Una compilación de textos varios o una miscelánea “de textos publicados o leídos” que son presentados como un “libro-brújula”, por lo que tiene de itinerario o viaje de descubrimiento, por lo que tiene de intrahistoria biográfica y lectora. La portada prepara para “ver el prado donde relincha el unicornio” o para ir de caza al mundo de la creatividad y la fantasía. Podría leerse como unas memorias librescas o un diario de acontecimientos. En la sinopsis de la contraportada se nos orienta que “con libros como éste, Ángel Olgoso, convierte los textos misceláneos en una de las bellas artes”. Podemos entender esta publicación mucho mejor si la pensamos como un ponerse al día para ir dejando su obra completa en ciernes.

 

Decía Borges que “el equilibrio entre la respiración y la frase, la lectura y la escritura son de los pocos goces verdaderos de este mundo”. Cuando unos autores se empeñan en hacerte leer unos libros suyos en vez de otros, es porque quizá ellos también se han fijado en ti como lector, te han analizado y te han elegido con una idea preconcebida que encierra algún tipo de afinidad o, al menos, un curioso interés. Y es que como dice Ángel Olgoso, todos los que escribimos lo hacemos con la “intención de engatusar al lector”, unos con más éxito que otros, está claro.

Ser un cazador furtivo permite ver el coto desde otras perspectivas y con otros intereses. Quien no vive ni se dedica a la crítica literaria de forma oficial tiene algo de crítico furtivo,  y por tanto, también de cazador aficionado. Cuando opinamos sobre algo que nos ha gustado, o no, ya sea un libro, un cuadro, una película o lo que sea, lo que realmente pretendemos es compartir ese momento glorioso que nos ha regalado la obra de arte en cuestión, y por añadidura, el artista que hay detrás. Un crítico tiene algo de cazador taxidermista, y en este libro Ángel Olgoso ejerce mucho de crítico. Pero ¿cuánto influye lo que escribimos en el prestigio de una obra o de un autor, y en las ventas de ese libro, por ejemplo? La verdad, creo yo, y dependiendo del canal que se utilice, es que poco o casi nada. Porque al verdadero control del mercado no se le escapa ninguna tecla. Sin embargo, seguimos nuestra inercia locuaz de lombrices que buscan la luz y no paramos de opinar sobre todo. Quizá porque es la única manera de impedir que el espíritu crítico muera en manos de los cazadores desaprensivos que solo ven la caza como un negocio y nada más. En cualquier caso, hacerse con una buena pieza literaria o artística reporta grandes emociones y placeres. Y eso es lo que nos muestra Ángel Olgoso en estas páginas memorables, por lo que tienen de memoria, explicación y testimonio.

Ya el título, “Un unicornio fuera de su tapiz”, nos aventura el paralelismo que el propio autor establece entre él y el unicornio, la de la poética de este libro y el resto de su obra, engarzadas ambas, eso sí, a través de la imagen tan fantástica del título. El autor no está en el relato, aunque después de leerlo cualquiera diría que no está a gusto en el tapiz. La portada, con unicornio incluido, predispone para afrontar la lectura de Ángel Olgoso como un maestro de la fantasía y un lector singular con facultades de crítico patafísico y literario. Un libro que nos permite conocer la biografía del autor desde un matiz lector o cultural.

Si tuviéramos que describir la mirada que experimenta el autor con esta recopilación de textos repartidos por doquier que ahora se unen en forma de libro, ésa es la de una visión caleidoscópica, intertextual y biográfica, por lo que tiene de testimonio y confesión. El autor dice que escribe “relato a relato hasta conseguir un acabado artefacto narrativo sin pensar que algún día conformarán un libro”, y así también ha sido gestado éste.

En la sinopsis de la contraportada se nos orienta que “con libros como éste, Ángel Olgoso, convierte los textos misceláneos en una de las bellas artes”. Para el autor “El lenguaje es la vida, no la cifra de la vida, sino la vida misma. Sin lenguaje no hay nada. Su magia lo es todo: uno dice manzana y la manzana ya cuelga del árbol o brilla entre los dedos. La potencia genésica y embaucadora de las palabras es tal que puede convocar incluso la más pura belleza y el horror más extremo”. Y además tiene “el convencimiento de que la literatura solo ha de rendir vasallaje a la altura poética de su obra, de que el autor no esté sujeto a otros límites que el juicio estético”. Cita que me recuerda las últimas declaraciones de John Banville: “Solo me importa crear arte. Y eso es lo que hace valiosa la literatura: que no importa nada más”. Y en esa disyuntiva nos encontramos todos los escritores: ¿el arte por el arte o el arte como arma?

En “Un unicornio fuera de su tapiz” encontramos presentaciones de libros, artículos de opinión para revistas, prólogos, crítica, ensayo, discursos, poemas, entrevistas, eventos culturales, relaciones personales, anécdotas, impresiones, opiniones… Lo mismo nos lleva del libro más curioso de su biblioteca a la anécdota más selecta o al apunte más espejo. Es como si quisiera fomentar en el lector una vocación detectivesca convirtiéndolo en testigo de una parte de su biografía vital e intertextual, la de ser telonero de otros escritores o artistas o la de ser protagonista invitado.

 El autor, con precisión de entomólogo, va presentando uno a uno sus textos mariposas, cuidadosamente pinchados en su alfiler con un montaje en seco y alas extendidas. Los nombres aquí son lepidópteros aglutinados en el “alcohol etílico” de esta edición entomológica. El autor persona, con gran sentido del humor, se encarna en cada una de las páginas escritas. Este volumen de Ángel es como un autodefinido o un crucigrama, en el que se entrecruzan nombres como flechas. Todos ellos señalan un camino biográfico, confluyen en los ojos y en la mirada lectora y amiga de Ángel Olgoso. Así los nombres señalan como si fueran brújulas: Gregorio Morales, Josefina Martos Peregrín, Santiago Caruso, Wenceslao-Carlos Lozano, Antonio Sánchez Trigueros, Marina Tapia, Carlos Almira, Miguel Arnas Coronado, José Luis Martínez-Dueñas, Carlos Edmundo de Ory, José Vicente Pascual… También Boris Vian, Kafka… Flechas que se hacen pisadas o itinerarios, y así podemos imaginar al autor yendo y viniendo de presentaciones de libros a exposiciones o a recepciones de premios, y de lecturas a escrituras o para echar una carta, acudiendo a la Academia de Buenas letras vestido con chaqué o imaginando entremedias el refrigerio que hay después de esas actividades. Y es que en sus páginas el autor deja un reguero de miguitas de pan para que sigamos el rastro de su quehacer literario, y su genealogía familiar lectora al presentarnos a su abuelo Edgar, su padre Franz y una legión de titos.

Un viaje, claro que este libro es un viaje. Por su entorno y por su quehacer cotidiano, Imaginemos este libro como un paseo, en el que vamos agarrados de la sombra y de la mano de Ángel Olgoso, mientras nos habla y nos seduce con su conversación. Imagino al escritor salir del portal de su casa y caminar por las calles de Granada para ir de un sitio a otro. Cierro los ojos y veo su silueta de pistolero rubio y patafísico, ejemplo vivo del western literario granadino, cruzar por los pasos de peatones en busca de algún duelo tertulia. Así nos lleva del Palacio de Bibataubín al Centro Cultural Caja Granada, a la Biblioteca de Andalucía, a la terraza del Café Fútbol, Centro Artístico, Feria del Libro, Librería Ubú,  Paraninfo de la Facultad de Derecho, Academia de Buenas letras, Fundación Andaluza de la Prensa, Palacio de los Condes de Gabia, Librería Picasso, IES Pedro Soto de Rojas, Museo Casa de los Tiros…

En Cuentos Medulares, publicado en Quimera y aquí en la página 49, deja su parecer sobre relato y novela, donde confiesa que a veces tiene “la sensación de escribir visiones en lugar de contar sueños”. En el texto “Cúllar Vega. Una evocación.” homenajea a sus orígenes y la memoria de su corazón. Porque el pueblo de cada uno siempre habita en la caja negra de las emociones y los sentimientos. En la Presentación de El menor espectáculo del mundo deja diez razones por las que odia a Félix J. Palma que son un alegato maravilloso del sentido del humor y de la amistad. Y es que en este libro descubrimos a un Ángel Olgoso, maestro alquimista, que es capaz de transmutar el odio en amor, y el amor en oro, hasta el punto de convertir el halago en un rasgo crítico distintivo y divertido. Leyendo sus otros libros conocemos al autor o el escritor que es, con toda la imaginación a su alcance, pero aquí, en este unicornio y su miscelánea de textos a quien conocemos es a la persona que hay detrás del nombre, nos deja entrever sus miradas más íntimas y personales, con toda la realidad testimonial de sus ojos y pensamientos. De este libro podríamos decir que es un manual de amistad y admiración, un diario de apuntes bio-bibliógraficos de gran importancia intrahistórica.

En “Un unicornio fuera de su tapiz” nos encontramos “el veneno de la realidad”, aunque al leerlo descubrimos que también nos proporciona “el antídoto”. Un conjunto de textos que le sirven para expresarse, que nos ayudan a conocerlo desde la otra orilla, que valen como una especie de poética o más bien una retórica de su modus operandi como cuentista o lector, especialmente si nos detenemos en la valiosa entrevista realizada por Miguel Ángel Muñoz para “El Síndrome Chéjov”. Ángel Olgoso manifiesta que “toda coartada de la retórica resulta lícita si un autor utiliza sus recursos para que la fricción entre esas dos piedras –la del autor y la del lector– acabe prendiendo un fuego placentero, confortador, excelso, sagrado”. Y aunque “se puede ser sin ser percibido” –como le dice Ángel a Miguel Ángel Muñoz, la escritura de Ángel Olgoso  certifica que estamos ante un autor que sin lugar a dudas merece ser percibido y leído más y mejor. Es mi opinión.

 

  

http://custodiotejada.blogspot.com/


OPINIONES DE UN LECTOR

Custodio Tejada

2 de Julio de 2023.




 En Granada Costa

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        En Todoliteratura

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