miércoles, 24 de abril de 2024

EL MILAGRO DE LAS ROSAS de Marcelino Arellano Alabarces

 “EL MILAGRO DE LAS ROSAS”, “LA FUENTE ESCONDIDA” y “UN PASEO POR ÍTRABO Y SU HISTORIA” de Marcelino Arellano Alabarces. Por Custodio Tejada




“EL MILAGRO DE LAS ROSAS”, “LA FUENTE ESCONDIDA” y “UN PASEO POR ÍTRABO Y SU HISTORIA” de Marcelino Arellano Alabarces. Tres libros: novela, poesía e intrahistoria, respectivamente (150, 182 y 116 páginas). Todos publicados en la Editorial Granada Club Selección - Granada Costa, años 2023-2024, y presentados el día 6 de abril de 2024 en Ítrabo, Granada. Un claro ejemplo de autor prolífico. La novelita, con un toque naif, te sorprenderá. No solo de obras maestras vive el lector. El cementerio de los olvidos está lleno de libros que no tuvieron el reconocimiento que merecían, otros hay que reconocer que tanta paz llevaron como dejaron. Para leer un libro no hace falta que sea el mejor ni el más recomendado. Un lector no es un cazatesoros.

 


En esta era de los ecos en la que vivimos y donde lo que no interesa lo convertimos en bulo y lo políticamente correcto lo transformamos en dogma, leo en el muro de Facebook de Justo Sotelo que decía el profesor universitario, escritor y crítico literario Santos Alonso: “No me gusta el mercantilismo de las grandes editoriales ni las novelas –digestivas-, en el sentido de que se comen, se digieren y se evacúan. ¿Es que la calidad de una obra se cifra en su número de ventas?” Y yo hablaría también de la utilidad de los libros. Hay lecturas que en un momento dado, independientemente de su calidad literaria, son útiles al lector por impensables circunstancias que le vienen como anillo a un dedo. Y eso solo se descubre cuando se lee. Si solo leemos lo que nos recomiendan como “excelente y mayúsculo” nos perderemos muchas sorpresas lectoras y quizá estemos siendo engañados en bastantes ocasiones. Más vale caer en gracia que ser gracioso o pertenecer a un grupo que ser un autor solitario. En el camino del canon y los “best sellers” hay muchos intereses creados, incluso puede que hasta algún espejismo. El paseo que se sale del camino trazado a veces resulta apasionante, es cierto que otras puede ser un desastre. Los lectores tenemos que asumir riesgos, aunque nos equivoquemos.

            Hoy nos convoca y nos reúne aquí, en esta opinión lectora, un autor como Marcelino Arellano Alabarces, un hijo ilustre de Ítrabo, un pueblo de la Costa Tropical granadina, que salió en su adolescencia para buscarse la vida como tantos hijos de Andalucía, pero que vuelve a su patria chica cada vez que puede, porque lleva a Ítrabo en lo más profundo de su corazón. Si algo diferencia a los seres humanos de otros seres vivos es que al primero le gusta vivir en el lenguaje, momificarse en la palabra, habitar las páginas escritas, recorrer el camino de tinta que son los renglones. Y ése es el hábitat que ha elegido Marcelino Arellano para existir y perdurar, unas veces en el ecosistema de la poesía, otras en el ecosistema de la novela, otras en el relato, el artículo e incluso en la intrahistoria, pero siempre en torno a la literatura como método o manual de supervivencia, como un crossover o todoterreno literario.  Podría decirse que la poética de Marcelino es una poética de testimonio, por lo que tiene de testigo y por lo que guarda de memoria individual y colectiva. A Marcelino podríamos inscribirlo entre ese tipo de autores que llamamos prolíficos. De hecho, cuando me pidió que le presentara en su pueblo, me remitió dos ejemplares, una novelita “El milagro de las rosas” y un poemario “La fuente escondida”, y me dijo que para esa fecha estaría publicado también “Un paseo por Ítrabo y su historia”. Un hat trick literario, una presentación en cadena.  Ese es Marcelino, un ser que se hace palabra sin descanso, en avalancha, como un torrente impetuoso.

            Dice Antonio Muñoz Molina que la novela corta es tal vez la modalidad narrativa en la que mejor resplandece la maestría, pues en ella se encuentran “a la vez la intensidad y la unidad de lectura del cuento y la amplitud interior de la novela”. Ni yo soy quién ni me corresponde a mí apuntar si es o no una obra maestra o mayúscula “El milagro de las rosas”, pero sí os puedo asegurar con mi opinión de lector, y así lo comparto, que es una historia que no te dejará indiferente, de lectura amena y rápida, entretenida y emocionante, como si de una literatura o novela naif se tratara. Es importante advertir que no solo de obras maestras vive el lector. Me he sentido a gusto leyéndola y me ha gustado. Por supuesto que no voy a hacer “espoiler” o destriparla, pero sí intentaré motivaros y acrecentar vuestro interés por la lectura de “El milagro de las rosas”. El autor nos transporta a la Guerra de la Independencia y a la lucha contra el francés. Refleja un momento de nuestro pasado que va más allá de lo histórico para refugiarse en lo emocional. Su argumento te cautivará por lo sorprendente del resultado. En ella encontraremos amor, venganza, remordimientos, mucha acción, orgullo, honor, bondad, fe, justicia… muchas emociones y un milagro lleno de rosales, todos los ingredientes para pasar un rato fabuloso y fantástico nunca mejor dicho. Con un personaje protagonista como es Luisillo que, evoluciona sorprendentemente a lo largo de la novela. Es una historia bien hilvanada y cosida que enternecerá vuestro pecho lector, y al terminar su lectura comprobaréis que “una ardilla corriendo trepará por el tronco de un pino” y por esta opinión lectora, sin otra pretensión más sublime que la de haber pasado una buena tarde.

“El milagro de las rosas”, con 150 páginas y XIV capítulos, es una novela corta, una novelita con un argumento muy condensado, con un tempo rápido y diálogos vivos, fechada sobre 1810, con el marco de fondo de la invasión francesa de España por parte de las tropas napoleónicas, nos plantea una trama que nos sorprenderá conforme vayamos avanzando en su lectura, con diálogos que nos introducen en aquella época convulsa. El narrador cumple con su papel de testigo y permite que sea el diálogo de los propios personajes el que dé la amenidad lectora y permita que evolucione el argumento. El propio autor me dice por teléfono que “ha buscado acercarse a la sencillez a través de los diálogos”. Todo transcurre en Bienestar del Río, que es como se llama el pueblo donde viven los personajes: Don Jacinto el cura, Nicómedes el sacristán, Indalecio Malapata el ventero, el matrimonio Gonsalves, Dolores la madre de Luisillo, el comandante Antoine, el teniente Lope, el corregidor Práxedes Jiménez de Tejada, Frascuelo y su partida, Eusebio Carrascosa y su esposa Mercedes Utrillas, sus hijas Marina y Herminia, el arzobispo… etcétera. La idea principal o el leit motiv de la obra podríamos decir que es el arrepentimiento y la expiación. La primera parte de la novela se presenta como una novela de aventuras y acción, que pareciera histórica (aunque es una historia inventada por el autor), y acaba siendo casi una novela fantástica que recuerda aquellas novelillas antiguas que contaban la vida, obra y milagros de los santos. Pasarán un rato entretenido con su lectura. Algunas erratas se habrían subsanado con una mejor corrección en las galeradas.

            Respecto a su poemario: “La fuente escondida”, decir que, son 182 páginas y 97 poemas, más dos conjuntos de frases o aforismos llenos de emociones y sentimientos. La temática principal o la piedra angular de su poética son el amor y el desamor. Como nos dice Carmen Carrasco en su prólogo: “La fuente escondida” en su primera parte “es un compendio de versos libres generalizando temas tan atractivos como la naturaleza, los ríos, las fuentes, su pueblo, al que el autor canta con amor, pero sin chauvinismo, a las rosas, a su infancia, a las costumbres… y en la segunda parte del libro… unas frases muy acertadas que, de seguro, harán pensar y reflexionar al lector”. En cuanto a “Un paseo por Ítrabo y su historia” nos esperan 116 páginas de intrahistoria, con fotografías, anécdotas y recuerdos que el autor ha ido recopilando de su pueblo y que ha escrito como una especie de ofrenda a sus paisanos y a su origen. El autor, Marcelino Arellano, sabe de dónde viene y por eso no teme adónde la vida lo lleve.

        Para concluir quiero citar al protagonista Luisillo que con su olor a rosas dice en la página 113 de la novelita: “Déjalos que toquen mi hábito, si eso les da consuelo. La fe hace milagros”, y yo os digo que lean y toquen esos libros que no tienen tanta prensa ni reseñas o halagos, que son casi invisibles, que también os darán consuelo y entretenimiento, porque la lectura también hace milagros y sorprende donde menos lo esperas. No solo de obras maestras vive el lector. El cementerio de los olvidos está lleno de libros que no tuvieron el reconocimiento que merecían, otros hay que reconocer que tanta paz llevaron como dejaron. Para leer un libro no hace falta que sea el mejor ni el más recomendado. Un lector no es un cazatesoros. Todos los libros tienen algo singular dentro que merece la pena ser descubierto. Os invito a que seáis aventureros y a que remontéis el Amazonas de las carteleras, los listados, las estanterías y los suplementos literarios para buscar otras alegrías lectoras, aunque no sean los cien mejores libros de la historia.

 

Opiniones de un lector.

Custodio Tejada.

6 de abril de 2024


En Todoliteratura

https://www.todoliteratura.es/noticia/59473/criticas/el-milagro-de-las-rosas-la-fuente-escondida-y-un-paseo-por-itrabo-y-su-historia-de-marcelino-arellano-alabarces.html


En Granada Costa

https://granadacostanacional.es/el-milagro-de-las-rosas-la-fuente-escondida-y-un-paseo-por-itrabo-y-su-historia/




domingo, 24 de marzo de 2024

LA IMPORTANCIA DE TU NOMBRE de Clara Peñalver

 LA IMPORTANCIA DE TU NOMBRE de Clara Peñalver. Por Custodio Tejada.

Opiniones de un lector. Por Custodio Tejada.



LA IMPORTANCIA DE TU NOMBRE de Clara Peñalver. Novela, Thriller. Penguin Random House Grupo Editorial. Escrito en papel certificado por el Forest Stewardship Council procedente de fuentes responsables. 348 páginas de “un inquietante thriller” que te atrapará con su estremecimiento y el poder seductor de su telaraña con grandes dosis de suspense, pero también por la fuerza de su cotidianidad en forma de reflexiones y escenas que captan un espíritu de época. Distintas partes, como secuencias o capítulos, nos esperan en sus páginas. Una introducción bastante lírica precede la parte primera. Luego, “Primero. Un presente inesperado”, ”Segundo. La importancia de llamarse Ernesto”, “Tercero. Dentro del laberinto”, “Cuarto. ¿Qué eres tú para él”, “Quinto. La desaparición”, “Sexto. With or without you”, “Séptimo. La importancia de llamarse (H)Elena”, “Octavo. Contigo” y un Epílogo. En una de sus solapas leemos: “La crítica ha dicho: <“Una historia trepidante” –La Vanguardia. “Una novela adictiva que necesitas leer hasta el final” –Librería Picasso. “Atención a Clara Peñalver: Es una escritora que ha venido para quedarse” –Fernando Marías>.  Una novela que te absorbe como un reloj de arena mientras la lees, que te engancha a su prosa precisa y a su trama inquietante desde el principio.  Pocas veces tiene uno la ocasión de conocer y presentar a la autora y a su libro y luego escribir una opinión lectora. No voy a hacer espoiler. Esas emociones siempre se quedan dentro del lector, guardadas con delicadeza en su memoria literaria. Sí tengo que advertir que esta opinión lectora tiene algo de presentación reconvertida en reseña.




Dejó dicho Edgar Allan Poe  que “las palabras no tienen poder para impresionar la mente sin el exquisito horror de su realidad.” Si buscamos en la red encontraremos que lo que caracteriza a un thriller es la “alta tensión emocional y una trama llena de giros inesperados”. Cuando te invitan para dirigir la presentación de un libro y a un autor, lo que uno intenta es ser el mejor telonero posible que pone el foco en lo importante sin eclipsar en ningún momento lo que va a suceder después. Esa es su misión sagrada, la de extender la alfombra para que desfile la verdadera protagonista de la función: la obra que presenta y su autora. Una opinión lectora va más allá, busca ahondar en la esencia de la escritura y en el autor.

Todo nos viene dado por la palabra, que es el comienzo de todo, el origen, pero también el camino. El poder de los nombres, en muchas ocasiones, determina la concepción que tenemos del mundo. Nomen est omen, decían los clásicos, frase atribuida al escritor romano de teatro Plauto, que puede traducirse como “el nombre es presagio o destino”. Los números también hablan a su manera. Así que empezaré por el principio, por el nombre completo de la autora que hoy tenemos aquí y su fecha de nacimiento.

Clara Peñalver Jurado nació en Sevilla, el día 23 de abril de 1983, fecha en la que se celebra el día del libro, un día simbólico para la Unesco: “ya que ese día en 1616 fallecieron Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega” (Datos que aunque no son exactos quedan bonitos). La autora se considera muy afortunada por celebrar su cumpleaños en el día del libro, quizá fue un presagio o una especie de bautismo. Es licenciada en Biología, escritora, asesora creativa, ha sido presentadora del programa sobre arte “La mitad invisible” de RTVE, y vive en Granada, ciudad de la que se declara febrilmente enamorada. En su Instagram además podemos leer que Clara es una artista, autora en Penguin Libros, dirección y producción  de proyectos sonoros y  editora en AudioOriginals.

Ha escrito los siguientes títulos. Sangre, de los libros de la serie Ada Levy, la intrépida detective: “Cómo matar a una ninfa”, “El juego de los cementerios”, “La fractura del reloj de arena” y “La venganza de Ada”. También ha publicado la colección de títulos infantiles “Hoy estoy…”, y “”Los cuentos para educar con inteligencia emocional”. Otros títulos suyos son: “Las voces de Carol”, “Sublimación” y “La importancia de tu nombre”: el último de sus libros cuya sinopsis en la red o en la contraportada nos dice que es “Un inquietante thriller con una premisa brutal: la vida de una reconocida terapeuta estalla cuando se ve atrapada en el macabro juego psicológico de un desconocido”. La primera idea que hay que tener en cuenta para hablar de cualquier libro, pero más si es una novela, es no hacer espoiler, en la medida de lo posible y en función de la profundidad de análisis que se pretenda hacer de la obra. Así que tranquilos que no destriparé la trepidante historia que os espera a los lectores y lectoras que os animéis a leerla.

  Yo, como telonero agradecido por contar conmigo, quiero destacar su figura y su legado literario hasta la fecha, una trayectoria de escritora que promete seguir regalándonos títulos tan apasionantes como “La importancia de tu nombre”. Tenemos aquí, por tanto, a Clara Peñalver, una autora de éxito, pero sobre todo tenemos aquí a una escritora que disfruta del oficio y del propio acto de escribir, que lo antepone al ruido mediático del mercado editorial y su farándula.

En una entrevista para Córdoba Tevé nos confiesa la propia autora: “Si hay algo que he sido capaz de mantener a lo largo de los años y espero que sea capaz de perdurar en el tiempo, es esa ilusión por contar cada historia, es escribir jugando, que cada nueva historia sea un reto personal, el mejor libro que soy capaz de escribir en cada momento para mí;  luego ya se lo doy a los lectores, pero la primera barrera es la mía, disfrutarlo yo, sentirlo yo, saborearlo yo, porque si no, si pienso en lo que vendrá después no sería capaz. Yo escribo porque no se vivir de otra manera, entonces, si le doy demasiada importancia a la escritura también estropeo esa forma de vida… Intento comprender la escritura como esa chuchería que me acompaña a diario”. Podríamos añadir aquí aquello que decía Cortázar: “yo escribo para mí, que me lean muchos o algunos luego, es una venturosa fatalidad”.

Así es Clara Peñalver, una escritora “gominola”, permitidme la expresión, por cómo nos mantiene adictos al “azúcar” de sus historias y por cómo entiende su escritura que engancha con una prosa exquisita, adictiva, delicada y amena, con tramas trepidantes y giros inesperados que atrapan al lector y lo seducen con una maestría narradora que no defrauda.

“La importancia de tu nombre” es una novela de entretenimiento, un thriller lleno de ingredientes, suspense y misterio, también nos ofrece un conjunto de opiniones sugerentes conforme vamos avanzando por su exposición, nudo y desenlace. Es capaz de dejarnos al mismo tiempo, como por un golpe de gracia cuántica, en trance meditando que ansiando pasar otra página para ver qué pasa en la siguiente escena, sin ninguna pausa. En las distintas partes del libro, como secuencias o capítulos, unos títulos orientan con su brújula. Una introducción bastante lírica precede la parte primera. Luego vienen: “Primero. Un presente inesperado”, ”Segundo. La importancia de llamarse Ernesto”, “Tercero. Dentro del laberinto”, “Cuarto. ¿Qué eres tú para él”, “Quinto. La desaparición”, “Sexto. With or without you”, “Séptimo. La importancia de llamarse (H)Elena”, “Octavo. Contigo” y un “Epílogo”. En una de sus solapas leemos: “La crítica ha dicho: <“Una historia trepidante” –La Vanguardia. “Una novela adictiva que necesitas leer hasta el final” –Librería Picasso y “Atención a Clara Peñalver: Es una escritora que ha venido para quedarse” –Fernando Marías >.  Estamos, por tanto, ante una novela que te absorbe como un reloj de arena mientras la lees, que te engancha a su prosa precisa, que estás deseando acabarla nada más abrirla.

Permitidme que os muestre, a modo de aperitivo gourmet, un par de párrafos que muestran el poderío narrador de la autora. Uno tan poético como el de la página 10 y otro más metaliterario como el de la página 170:

1º.- “Se miraron a los ojos un instante y ella pareció ruborizarse. Estaban el uno junto al otro, tan cerca tan cerca que el rico aroma a cítricos que desprendía la chica logró acallar el olor, casi el sabor, de la menta. Tan cerca tan cerca que creyó oír el suave aleteo de sus pestañas, el susurro de su aliento, el palpitar de su corazón. Tan cerca tan cerca que su mundo empezó a hacerse pequeño. Muy pequeño. Tan pequeño –ella, sólo ella, sus ojos, sus labios, su pelo, su cuello– y tan oscuro –ella, sólo ella, su lengua, sus senos, sus curvas, su sexo– que  se vio obligado a apartarse, a alejarse de la tentación, a recordarse a sí mismo que el pozo de brea en el que descansaba la bestia debía permanecer en calma ante ella.”

         2º.- “… ¿qué te parece si imprimimos más ritmo a la narración?... Teniendo esto último muy presente, procedo a cerrar el episodio en el que nos encontrábamos emulando a uno de los grandes de la literatura. Es lo que hacen los escritores ¿no? Identifican, replican y trasladan a su propio estilo los recursos de otros… Supongo que has leído a Paul Auster…”

También encontrarás otros párrafos más científicos sobre la música y la neurociencia o de autoayuda, con los que va definiendo la psicología de los personajes, especialmente de la protagonista. Después de leer a la autora  y conocerla, algunas preguntas recorren mi cabeza lectora: ¿Cuánto de la autora hay repartido por el libro y en sus personajes? ¿Hay algo de autoficción esparcido por el thriller? En “La importancia de tu nombre” encontrarás unos personajes bien trabajados, con una psicología poderosa, y una trama llena de realismo y veracidad que te hará creer que estás vi-viendo una película o presenciando una situación cotidiana. Su ritmo trepidante exige un poco de paciencia al principio. El final es apoteósico, lleno de giros inesperados, emoción y suspense a partes iguales.

Después de leerla uno comprende mejor la importancia de llamarse Clara Peñalver. Y como dice Fernando Marías: “Atención a Clara Peñalver: es una escritora que ha venido para quedarse”. Y yo añado: para quedarse en nosotros después de leerla. Sin más dilaciones, si no la han leído, vayan corriendo a la librería que tengan más a mano y busquen uno de sus libros, por ejemplo, “La importancia de tu nombre”. Porque te esperan 348 páginas de “un inquietante thriller” que te atrapará por el poder seductor de su telaraña estremecedora y por la fuerza de su cotidianidad en forma de reflexiones y escenas que captan un espíritu de época.


Custodio Tejada

Opiniones de un lector

10 de marzo de 2024

 https://custodiotejada.blogspot.com/


En Todoliteratura


lunes, 19 de febrero de 2024

LA UTILIDAD DE LA FAMILIA de Miguel Ángel Angulo

 LA UTILIDAD DE LA FAMILIA de Miguel Ángel Angulo. Por Custodio Tejada

Opiniones de un lector. Por Custodio Tejada.


LA UTILIDAD DE LA FAMILIA de Miguel Ángel Angulo. Poesía. Colección Diástole de Esdrújula Ediciones, la editorial que tan bien cuida Mariana Lozano Ortiz. Primera edición septiembre de 2023. En la contraportada encontramos una clarividente sinopsis de la laureada poeta Ángeles Mora. 80 páginas y 43 poemas repartidos en 4 partes que se titulan: Origen (con 2 poemas), Identidad (con 30 poemas), Memoria (9) y Barro (2). El título es una afirmación con aroma a interrogante que abre paso a una biografía de emociones y recuerdos que determinan y configuran. El poemario encierra un afán de autoconocimiento y superación. Dedicado a la familia, la que fue y la que ha llegado. El primer poema se titula Parto, título premonitorio de lo que nos espera, el autor convertido en madre y a la vez en hijo, unido a ella por el cordón umbilical del lenguaje, los recuerdos y la pérdida. La identidad que proporciona el dolor le ha hecho fuerte y sensible. La figura materna se convierte en una línea de fuerza que sustenta todo el poemario, una ausencia que se transforma en una presencia vital y mágica. Un poemario con tinte existencial convertido en un salón de espejos lleno de palabras reflejo. El poeta se ha sublimado en su arte a través de un responderse a sí mismo. La utilidad de la familia, como dice el autor, es un conjunto de “momentos inolvidables, aquel lugar donde merece la pena volver siempre”.

 


Cada escritor escribe por unos motivos. Algunas veces escribimos para desahogarnos y para que nos escuchen, otras para oírnos a nosotros mismos, pero también para callar y disfrutar del silencio descanso que llega después del vuelo de la palabra. Asegura la escritora Laura Esquivel que “la vida sería mucho más agradable si uno pudiera llevarse a donde quiera que fuera los sabores y los olores de la casa materna”. La infancia siempre es un refugio. Escribir es refugiarse en el tiempo, pero también es ocultarse del tiempo para huir del espacio. Lugares a los que no se quiere volver, pero de los que uno no puede huir jamás. Ya lo decía Borges: “Cuando uno extraña un lugar lo que realmente extraña es la época que corresponde a ese lugar; no se extrañan los sitios, sino los tiempos.” Los poetas sabemos del poder exorcizante del lenguaje, del poder simbólico que tiene la palabra como vía de conocimiento y salvación personal, o al menos, liberadora, por lo que tiene de terapéutica. Y es que como afirma Juan Manuel de Prada “las palabras fueron creadas para descifrar y nombrar el mundo. Creo que, más bien, el verbo nos hace conscientes de nuestro lugar en el mundo”. Y como colofón a este párrafo introductorio abusaré de otra cita más, esta vez de Luis García Montero, donde manifiesta que “los poetas sabemos que lo biográfico es importante, pero empobrece la obra de arte si se convierte en un desahogo. Y, por tanto, tiene que transcender a un yo literario que represente a la condición humana”.

Escribe la poeta Ángeles Mora en la contraportada que “La utilidad de la familia es un libro muy especial, lleno de sutilezas y matices que nos van atrapando y sorprendiendo. Supone un magnífico ejercicio de introspección, análisis y superación, poniéndose en la piel del niño que aún debe llevar dentro, porque la niñez marca la vida. Pero también en la del joven destinado a perderse: música, interminables tardes, verano, humo. Un viaje con muchas curvas”.

            Nos alumbra el propio poeta en una entrevista para Secretolivo que “cada poema debe de ser un espejo en el que reconocerse, donde percibes qué te empeora o sana y aceptas quién eres, un lugar de superación. La utilidad de la familia es un cuarto lleno de espejos en el que se multiplican los reflejos de uno mismo”. Y en otra entrevista para Ideal completa que “se trata de un ejercicio en el que he bajado hasta el fondo de mí mismo para sacar lo que llevaba dentro en forma de poemas, de belleza… que es, también, una forma de superación.”

Cuando el autor utiliza la palabra “utilidad” para el título es porque busca una productividad, la de la poesía, por lo que acerca la literatura al ámbito del mercado, en beneficio propio y de todos sus lectores, eso sí, convirtiendo su poética en un objeto de consumo que eleva y transciende. El título es una afirmación con aroma a interrogante, que abre paso a una biografía de emociones y recuerdos que determinan y configuran la existencia y la lectura. El poeta mete el dedo en la llaga para sacar una medicina o una respuesta en forma de poema. Dedicado a la familia, el primer poema se titula Parto, título premonitorio de lo que nos espera, el autor convertido en madre y a la vez en hijo, unido a ella por el cordón umbilical del lenguaje, los recuerdos y la pérdida. ¿Quién pare a quién? En el poema, el hijo pare a la madre, su recuerdo. El amor y el dolor son los dos hilos fundamentales que tejen el poemario. En los dos primeros poemas, como hijos que se entrecruzan y entretejen, el parto de la madre y el parto poético del poeta-hijo forman un refugio en la memoria y en la palabra, un nuevo nacimiento, el de la nostalgia. Lo trágico se torna en un amor inextinguible. “Se origina un idioma con el mundo,/ un discurso frenético. Es la/ lengua materna que habla en el dolor/ de la frágil belleza que he asumido” –escribe el poeta en la página 26.

            Los poemas, como cordones umbilicales, unen al poeta con su pasado y al lector con el poeta, todos cobijados en la misma placenta libro. Es un poemario tan hondo y fértil que tiene un efecto placebo para el autor, por la parte sanadora que tiene la escritura. Las ausencias y las carencias tornan la poética del libro en un hogar que da cobijo y apego, paradójicamente. De una musicalidad y exquisitez extrema, los recuerdos poemas se convierten en talismanes identitarios. “La belleza del daño cicatriza,/ lo dicen las parteras al mirarme./ Saben cuánto dolor nos sobrevive,/ cómo es el llanto y quién nos necesita/ al darle forma al mundo al que llegamos.” –leo en la página 16.

            Los interrogantes del poemario nos llevan por el camino de la duda, un diálogo del poeta consigo mismo que se hace transversal en la lectura, de la complicidad que busca Miguel Ángel con el lector, su confidente, y por qué no, también su terapeuta. Leamos el poema “Duda primera” en la página 27. Encontraréis versos tan potentes como los de la página 48: “Cuando entré en la muchacha virgen, madre/ comprendí que el amor está en la grieta/ que en ella nace el próximo lenguaje.” Incluso el poeta nos confiesa en una entrevista para Ideal que “yo llegué a la poesía por tener muchas preguntas pendientes de respuesta”.

            Miguel Ángel Angulo, un letraherido que nos conduce por el oleaje de sus versos psicodinámicos, a veces como una mar en calma y otras como una mar embravecida, pero siempre como un puerto seguro donde refugiarse y arrojar el ancla. El lenguaje convertido en hogar y en paraíso. La palabra es su abrigo y su amparo, su salvación y su talismán. El poemario está recorrido también por una serie de nombres propios que nos llevan por itinerarios y experiencias: Kurt Cobain, Adán, Karol Jozef Wojtyla, Auschwitz, Los Panchos, Machín, Mecano…

La utilidad de la familia de Miguel Ángel Angulo, con espíritu de autorretrato, es un libro tan profundo como un pozo. El poeta, cubo a cubo, poema a poema, ha ido aflorando a la superficie el agua de una nostalgia que sacia la sed y repara, su verdadera herencia. Un poemario que transciende el dolor y la memoria para hacerse poesía, un camino de ida y vuelta que cura y sana a través del amor. Al final de su lectura todos conformamos una familia, versos y poemas, autor y lectores, silencios y palabras, recuerdos convertidos en cicatrices y caricias “donde cantamos todos en familia”.

 

Custodio Tejada

Opiniones de un lector.

Enero de 2024

 En Todoliteratura

https://www.todoliteratura.es/noticia/59034/poesia/la-utilidad-de-la-familia-de-miguel-angel-angulo.html