LA
ACÚSTICA DE LOS IGLÚS de Almudena Sánchez.
Editorial
Caballo de Troya. 155 páginas.
Como una tela de araña o un mapa de constelaciones,
la portada de La acústica de los iglús, de Almudena Sánchez, te invita a que
abras el libro y lo devores con la intención recíproca de inyectarte una buena
dosis de sensibilidad y emociones varias. No es un iglú vacío o hueco, sino un
hogar habitado por personajes curiosos y a veces extraños. Es un iglú con
acústica de auditorio, con aspecto de crucero y velocidad de iceberg que nos
adentra en la matemática de la vida más ingenua y nos introduce en el destello
del relámpago, para transformar desde ahí lo cotidiano en algo nuevo, al
ofrecernos otros puntos de vista y otros enfoques. “Una crece y está necesitada
de relámpagos” se nos dice en la página 150, y eso es lo que ha conseguido
Almudena con su primer libro de relatos: un flash que deja sabor a madrugada y
a lágrima fresca. Y es que abrir las páginas de este libro, en alguna medida,
es encontrarse en el instante preciso ante el espectáculo perfecto: un eclipse
(página 110). Porque hila muy bien la prosa, de una manera finísima, íntima,
especial (página 113).
Nos dice la autora en la página 85:
“En el arte pasa eso, que las personas se transforman, sufren extrañas
mutaciones”. Lo mismo pasa cuando leemos un libro, en unos más que en otros, es cierto. Y no voy a
jalear a Almudena, porque “los aplausos han perdido toda su credibilidad” -nos
dice en la página 84- y máxime en este mundo tan mediático, añado; pero sí le
animo a seguir por el camino trazado. Yo solamente digo que: “La música (que
proyecta este libro) tiene algo evangelizador que no sabría explicar” (página
81), tiene algo adictivo.
¿Nadie echó en falta mi
perfume? –dice en la página 138. ¿Cómo no vamos a echar en falta su perfume? Al
llegar a la última página y cerrar el libro su olor sigue aleteando en mi
mente. Ya veremos con qué música nos sorprende en su siguiente libro, “porque
en la vida no nos queda otra que esperar momentos” -nos dice en la página 144.
En el caso de Almudena, su momento ha llegado y aunque no ha hecho nada más que
empezar, ya va camino hacia los confines del universo, con vuelo de búmeran o
teleférico; pero tejiendo con hilos de oro. Según mi parecer de lector.
Custodio
Tejada
28
de abril de 2017
Opiniones
de lector