IBN AL-ZAQQAQ
Daban aromático perfume, otro nuevo licor vino a añadirse,
prensado por sus ojos, por sus dientes.
Me embriagué por tres veces:
de su copa, de su saliva y de sus ojos.
IBN AL-ZAQQAQ
IBN AL ZAQQAQ
EPITAFIO DE SÍ MISMO
De vuestro lado me robó la muerte,
inexorable ley de los humanos.
En ella os precedí; pero, a la postre,
no tardaremos en hallarnos juntos.
Decid, por vida vuestra y por mi sueño:
¿No fue nuestro vivir una delicia?
Ore por mí quien por mi tumba pase,
y pague a la amistad la fe jurada.
LA MIRADA
Los ojos de ese ciervo me asesinan.
Su languidez mi languidez provoca.
Desnuda sin cesar para matarme,
la espada son que solo envaina el sueño
IBN AL-ZAQQAQ